Exactitud: encontrar la palabra adecuada es una de mis prioridades. Dedico gran parte de mi tiempo a documentarme en la terminología y fraseología del texto cuando éste lo requiere.
Puntualidad: soy consciente de la importancia de respetar los plazos de entrega acordados, y me comprometo a ello.
Corrección: esmerado cuidado de la lengua meta a la que traduzco (el castellano).
Confidencialidad: sus documentos estarán sujetos a la más estricta confidencialidad.
Buen precio: mis tarifas son más asequibles que las de las agencias de traducción.
Seriedad: esta es otra de mis prioridades: Puede tener la confianza de que el presupuesto acordado no se variará en ningún caso.
Honradez: no existe un traductor especializado en todo. Si no puedo afrontar un encargo con las oportunas garantías de calidad, se lo haré saber en el menor tiempo posible.
Dedicación: me dedico a la traducción a tiempo completo y soy una apasionada de mi trabajo.
Atención personalizada: cualquier indicación por su parte se tendrá en cuenta con el fin de ofrecerle un servicio adaptado a sus necesidades.
Rapidez: trabajo a un ritmo de entre 3500 y 4000 palabras al día, dependiendo de la complejidad del texto.
Tecnología: trabajo con un complejo equipo informático y manejo textos en distintos formatos: doc, .pdf, .html, .rtf, .txt, .wpd, .ppt, .psd, así como herramientas de traducción asistida (SDL Trados o MemoQ).